por el parque de intxaurrondo

No se si fue la guitarra que empezó a sonar primero o fui yo que con mis pasos comenzó a sonar una canción mientras caminaba despacio pero sin parar a mirar por aquel parque teñido ese día de color melancolía que se puede incluso respirar y te inunda de recuerdos que siempre te gustan volver a recordar, un día especial más de aquel frío mes de enero del 2009 que acabábamos de estrenar, y como quien estrena zapatos nuevos, yo paseaba por el parque estrecho. Es un paseo alargado y estrecho, escoltado por dos filas de árboles tristes semidesnudos a cada lado del camino, ellos miran y yo avanzo, así me sentía, como dueña de mi cuerpo y a la vez protegida por esos cuerpos arqueados casi sin vida, ese día frió de enero, quizás más gris que los anteriores, quizás más tranquilo que los que vendrán.
El hecho es que apareciste tu al final del camino, como un ángel, una ilusión que podía desaparecer en una ráfaga de viento, como los sueños, y no sabía si quería correr hacia ti y besarte la cara como si fuese la última vez que te tendría tan cerca de mi, o si simplemente tenia que cerrar los ojos y dejarme caer de nuevo en la dura realidad, que era que tu no estabas ahí en verdad, y que en realidad yo estaba sola en el mundo, y que mi duda se resolvería solo tomando una decisión, y dejando millones de preguntas en el aire sobre lo que habría podido pudiese ridículamente pasar, posibilidades que quedan en el aire como las nubes, que las puedes ver, pero son imposibles de tocar , cogerlas y guardarlas en un tarro de cristal…posibilidades que desaparecen con la misma ráfaga de viento que se llevó tu imagen del parque, posibilidades que dejan de ser desde el momento en que cierro los ojos sin querer porque algo se me metió en el ojo. Dichoso viento, que a veces te ayuda a volar y otras se lleva todo menos tú.
tartan por Maialen2